




Eventualmente el hobby creció y ese lugar de Agronomía que nos vio crecer se hizo chico. Por suerte conseguimos un lugar en el barrio de Saavedra que nos iba a permitir trabajar más tranquilos y seguir creciendo de a poco. Ya no era un hobby, era un proyecto y lo tomamos como tal. Acondicionamos el lugar como una fábrica en serio y nos dedicamos full-time a la producción de cerveza. Esta estapa fue acompañada por el crecimiento de la cerveza artesanal a nivel país y eso nos cambió un poco los planes. Teniamos consumo asegurado y al mismo tiempo apareció una competencia que nadie esperaba. Esto aceleró nuestro recimiento e hizo que el nuevo lugar también nos quedara chico antes de tiempo. Y bueno, ya estábamos en la ola, había que surfearla.
Luego de un largo tiempo de “jugar” a hacer cerveza en casa nos decidimos a armar un lugar para permitir que este hobby crezca. Conseguimos un lugarcito en el barrio de Agronomía donde empezamos a armar un equipo más grande y con planes de crecer. Todo a pulmón, en el tiempo que teníamos libre. Y arrancó nomas… Empezamos a vender las primeras botellas, creamos el Club de la Cerveza repartiendo una vez por mes cajones de 12 botellas de estilos variados y a pedido, y manejamos los primeros clientes. También tuvimos que capacitarnos, algo que al día de hoy no se detuvo. Cursos, charlas, talleres, libros y videos…. había mucho que aprender y sigue habiendo! Durante esta etapa estábamos solos (o casi). Teníamos que golpear puertas, explicar lo que era la cerveza artesanal y como juzgarla y disfrutarla, convencer a clientes a salir de lo típico… Costó y fue una lucha pero paso a paso la rueda arrancó.



Y llegó el tiempo de jugarse…. Nos decidimos a crecer y enfocar todas nuestras energías en este proyecto; él solo nos iba guiando. Así empezamos a invertir en bloques de cocción, fermentadores, barriles, … y todo lo que vino después. Sumamos gente y formamos un increíble equipo de trabajo con amigos y familiares manteniendo siempre los objetivos iniciales: hacer la mejor cerveza que podamos y disfrutar mientras lo hacíamos. Este último punto fue esencial; toda decisión que tomamos a lo largo de este proyecto fue fuertemente orientada a seguir disfrutando de nuestro día a día…
Una vez mas el mundo de la Cerveza Artesanal nos exigió seguir creciendo y mudarnos a una nueva fábrica. Reacondicionamos un galpón arruinado para que sea nuestra nueva casa.
Hoy, después de mucho trabajo y esfuerzo, el cual es imposible de cuantificar, Arrecifes ya tiene su lugar y nosotros ahí estamos para darle vida y disfrutarlo mientras evolucionamos todos juntos; Arrecifes y nosotros.





